Cómo usar una manta térmica y cómo mejora la calidad del agua
Las mantas térmicas son un tipo de cobertor para piscinas con unas características muy concretas que favorecen una buena climatización y un mejor resultado a la hora de mantener el agua en óptimas condiciones.
Cada vez son más las personas que recurren a ellas como una manera de sacar mayor partido a la piscina, prolongando la temporada de baño y aprovechando las ventajas que ofrecen respecto al ahorro de agua, energía y tiempo de limpieza y mantenimiento. Al ser un producto novedoso, aún existen dudas sobre cómo usar una manta térmica y cómo mejora, con ella, la calidad del agua, pero si estás pensando en proteger tu piscina con una, en este artículo te damos toda la información que necesitas.
¿Qué es y para qué una manta térmica?
Una manta térmica es una lona fabricada en polipropileno o PVC cuya particularidad radica en tener una doble cara: la externa lisa, como la de cualquier otro cobertor, y la interna, cubierta de burbujas o pequeñas bolsas de aire que son las que se encargan de atrapar el calor del exterior y de retener el que ya posee el agua de la propia piscina (después de estar expuesta al sol todo un día), nos dicen los especialistas de Piscinas Athena. La manta, por tanto, consigue un aumento de su temperatura y también evita que el calor se pierda.
Aunque suelen ser translúcidas, las hay en distintas tonalidades y de varios grosores o gramaje. Además las tienes en formas y tamaños muy diversos para poder adaptarse, perfectamente, a la superficie de cualquier piscina.
No hay que confundirlas con los cobertores de invierno, aquellos que se utilizan en las épocas más frías, cuando la piscina va a estar un tiempo prolongado sin utilizarse, ni tampoco con los de protección, que se instalan como medida de seguridad sobre todo cuando en casa hay niños o mascotas. Las mantas térmicas son cobertores ideales para el verano y también para adelantar y prolongar la temporada de baño, es decir para poder aprovecharla también en primavera y otoño. Es la solución ideal para evitar que la piscina pierda calor en una noche de verano, pero fresca, manteniendo la temperatura idónea en la jornada siguiente. Con sus burbujas la manta térmica logra un efecto ‘lupa’ que aumenta la temperatura del agua entre 3 y 4 º C y consigue retener ese calor extra.
Una manta térmica ayuda a mantener la buena temperatura del agua evitando la pérdida de calor y contribuyendo, además, a mejorar la limpieza y la calidad del agua de la piscina
Como el resto de cobertores, la manta térmica también protege el agua de la piscina de elementos externos que pueden ensuciarla: polvo en suspensión, hojas secas, insectos, ramas… frenando además la normal evaporación, pero, además, proporciona un extra a la hora de lograr climatizarla de la manera más natural.
¿Cómo utilizar una manta térmica?
La manta térmica no requiere instalación alguna, ya que se coloca directamente sobre el agua con la cara de las burbujas en contacto con la misma. La idea es ponerla por la noche para que, así, el calor que ha recibido la piscina durante el día no se pierda y al retirarla, al día siguiente, el agua siga estando a la temperatura idónea incluso a primera hora. También es útil en primavera y otoño, por ejemplo dejando la piscina con la cubierta toda la mañana para disfrutar de un agradable baño de tarde.
Para que resulte más cómodo, lo ideal es contar con un mecanismo en la propia piscina que la retire y enrolle fácilmente, aunque en el caso de mantas térmicas no muy grandes se pueden quitar simplemente entre dos personas, teniendo la precaución de doblarla con la cara de las burbujas hacia adentro para evitar su deterioro.
Para un uso seguro, hay que recordar que la manta térmica no es un resistente cobertor, por lo que no se debe andar sobre ella nunca, ni tampoco nadar bajo ella cuando está puesta.
Para garantizar su buena conservación y durabilidad, a la hora de guardarla hay que hacerlo protegiéndola de la acción directa de los rayos solares y en el momento de echar los productos químicos de mantenimiento de la piscina (cloro), conviene esperar para colocarla al menos 24 horas, para evitar cualquier tipo de deterioro o corrosión.
Ventajas las mantas térmicas: la calidad del agua
Las mantas térmicas cumplen un doble objetivo. Por un lado, son un complemento que ayuda a mantener la piscina limpia favoreciendo las necesarias condiciones de higiene del agua al impedir la caída directa de elementos que puedan ensuciarla. Por otro, su principal cometido es lograr una efectiva climatización. La manta retiene el calor procedente del exterior y también evita que se pierda el que concentra la propia piscina, algo especialmente importante en caso de utilizar algún sistema de climatización por ejemplo por calefactores eléctricos, bombas de calor o paneles solares. En estos supuestos, la manta térmica aumenta la eficiencia de cualquiera de estos sistemas.
Entre las ventajas que ofrecen las actuales mantas térmicas hay que recordar que también sirven para evitar una excesiva pérdida de agua ya que frenan la evaporación natural y además minimizan esa pérdida en el proceso de limpieza que implica, por ejemplo, el uso del limpiafondos.
La manta no solo hace que haya menos suciedad, sino que, al proteger el agua de la luz solar, hace que sea difícil que las algas puedan proliferar, por lo que, la presencia de microorganismos patógenos en el agua se reduce de forma notable.
Al conseguir una menor presencia de suciedad, la manta térmica reduce el trabajo (y el gasto) que implica el funcionamiento del sistema de filtración, ahorrando energía (y dinero).
Por último, en lo referente a la calidad del agua, también hay que tener en cuenta que la manta permite la optimización de cualquier tratamiento químico que pueda ser necesario, haciendo que su acción resulte más eficaz. Con la protección de la manta térmica, los productos químicos no se ven afectados por la acción directa del sol y además quedan concentrados, cumpliendo su función y resultando más difícil su evaporación parcial.
Como ves, el ahorro en agua, productos químicos y energía es uno de los principales beneficios de estos cobertores que garantizan un baño saludable, seguro y a una agradable temperatura por más tiempo y no solo en los días más calurosos del año.