Beneficios de la trufa para la salud
Las trufas son un lujo culinario muy apreciado, especialmente durante todo el año, y se convierten en el toque especial de muchas comidas. Puedes encontrarlas en diversas presentaciones como foie gras con trufa, trufas de chocolate o crema de trufa, y existen innumerables maneras de incorporarlas a tus recetas para darles un sabor inigualable.
Este hongo, tan único y caro, despierta la fascinación de muchas personas. Por eso, vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre las trufas y cómo puedes usarlas para elevar tus platos a otro nivel.
¿Qué son las trufas?
El origen de la trufa es realmente sorprendente. A diferencia de las setas clásicas, las trufas crecen hasta 15 cm bajo tierra, cerca de las raíces de ciertos árboles, como robles, encinas, avellanos y tilos.
Estas joyas subterráneas no se pueden ver a simple vista. Para encontrarlas, se utiliza la ayuda de perros truferos, cerdos y, de manera aún más sorprendente, moscas truferas. Estas moscas pueden detectar la presencia de las trufas y ponen sus huevos en la tierra cercana, para que las larvas se alimenten de los hongos.
Las trufas tienen una apariencia elegante, con un exterior redondeado, lleno de baches y grietas. Por dentro, presentan un llamativo diseño de mármol blanco y marrón oscuro.
Sin duda, todos estos aspectos convierten a la trufa en un manjar excepcional, que sigue despertando fascinación debido a su rareza, su elevado coste y su misterioso origen.
Tipos de trufas
Como nos comentan los expertos en trufas de Trufalia, actualmente hay una amplia variedad de trufas entre las que elegir, aunque la trufa negra es la que más nos recomiendan porque es la que mayores beneficios ofrecen.
La Trufa Negra o Trufa de Invierno “Tuber melanosporum”
La trufa negra, también conocida científicamente como Tuber melanosporum, es una de las variedades más renombradas y buscadas en España. Este “diamante negro”, como también se le llama, se cultiva principalmente en la región de Teruel y es célebre por su intenso aroma a sotobosque y su sabor finamente picante que perdura en el paladar. Este excepcional hongo es muy apreciado por los mejores chefs de la gastronomía española e internacional.
La temporada de recolección de las trufas negras va de noviembre a marzo, aunque el mejor momento para recogerlas es entre enero y finales de febrero, cuando alcanzan su plena madurez.
La Trufa Blanca de Verano o Tuber Aestivum
La trufa blanca de verano, cuyo nombre científico es Tuber aestivum, se recolecta exclusivamente en verano, desde principios de junio hasta finales de septiembre. Aunque es la variedad más común, es menos buscada que la trufa negra de invierno debido a sus aromas y sabores más suaves. Se recomienda consumirla cruda, rallada o cortada sobre un plato, aportando frescura y suavidad.
La Trufa Almizclera o Tuber Brumale
La Tuber brumale, también conocida como trufa almizclera, es otra trufa negra de invierno. Sin embargo, no debe confundirse con la melanosporum, ya que tiene un sabor completamente diferente. Esta trufa es más fácil de encontrar porque se aclimata con facilidad. Su sabor es picante y ligeramente dulce, con un toque amargo, y su color es menos oscuro y menos acanalado que el de la melanosporum. Junto con la melanosporum, es una de las trufas negras nobles. Se recolecta de noviembre a marzo.
La Trufa de Borgoña o Tuber Uncinatum
La Tuber uncinatum, también llamada trufa de otoño, se recolecta entre mediados de septiembre y finales de diciembre, cuando está madura. Prefiere las zonas de gran altitud debido a su aversión al calor intenso. Su sabor es sutil, con una ligera nota a nuez y un aroma a sotobosque. La intensidad de su sabor se sitúa entre la trufa negra y la trufa de verano: es más fuerte que la trufa de verano, pero menos intensa que la trufa negra. Para conservar todas sus cualidades gustativas, se recomienda no pelarla y añadirla al final de la preparación.
Otras Variedades
Existen muchas otras variedades de trufas. Por ejemplo, la trufa rufum, del tamaño de una nuez pequeña y fácilmente detectable por los perros truferos, aunque sin valor nutricional especial. También están las poco conocidas trufa mesentérica y trufa hueca, cada una con características y valores específicos.
Las trufas, en todas sus variedades, son un tesoro gastronómico que aporta sabores y aromas únicos a los platos.
Principales beneficios de la trufa
La conocemos sobre todo por su rareza y ese aire misterioso que desprende, pero la trufa no es solo una seta peculiar. Además de ser un producto de gran calidad, también tiene numerosos beneficios para la salud.
En primer lugar, las trufas son muy bajas en calorías. Al igual que otras setas, están compuestas principalmente por agua. Por cada 100 gramos de trufa, solo consumirás 92 calorías.
Las trufas también son ricas en fibra, vitaminas A, B y D, y minerales esenciales como el potasio, hierro y fósforo, todos ellos fundamentales para mantener un organismo sano.
Las vitaminas aportan energía al cuerpo y fortalecen los huesos y músculos, mientras que los minerales ayudan a diversas funciones vitales.
Para aprovechar todos estos beneficios, es recomendable consumir trufas frescas en cantidades adecuadas, lo que no siempre es fácil, ya que algunas variedades, como la trufa negra, son difíciles de encontrar.
En este caso, puedes disfrutarlas en otras formas, como en una deliciosa crema de trufa o añadiendo aceite de oliva con trufa a tus recetas.
La trufa es una seta única, llena de sorpresas y que se adapta fácilmente a diversas preparaciones culinarias. Además de su exquisito sabor, la trufa ofrece muchos beneficios para la salud, y para disfrutarlos, solo necesitas probarla.