La importancia de dormir de forma correcta y bien

Mantener una correcta rutina de descanso y dormir bien es vital para conseguir una óptima condición física, mental e incluso emocional. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN, por sus siglas), más de cuatro millones de españoles tienen problemas crónicos para dormir, lo que influye en una dificultad para recuperar energías y en sentirse abatidos al día siguiente.

Según la edad, el estilo de vida y la salud, cada persona necesitará un número de horas de sueño u otro. Las recomendaciones generales comunes a cada grupo de personas, no obstante, son 15 para recién nacidos, 10 para niños en edad preescolar, 9 para menores en edad escolar y 9 para adolescentes y adultos.

Cómo dormir mejor

Lo primero que puedes hacer es establecer una rutina de sueño, esto es, acostumbrar al cuerpo a irse a la cama y despertarse a la misma hora todos los días. Además, también será vital evitar productos excitantes, como la cafeína, la nicotina o el alcohol.

Nuestro dormitorio deberá estar a una temperatura fresca (entre 16 y 20 grados) cuando nos metamos a la cama, ya que el sopor del calor dificulta dormirse y descansar. Por otro lado, es muy recomendable crear un entorno sin distracciones molestas, como ruidos o luces brillantes, por ejemplo, los creados por televisiones, ordenadores o el teléfono móvil. Además, intenta conseguir que esté lo más oscura posible por la noche, ya que es el entorno que mejor propicia el descanso.

Está demostrado que hacer ejercicio con regularidad durante el día contribuye a que el cuerpo se canse y pueda asimilar mejor el sueño a la hora de dormir y, si nos ejercitamos en el exterior, los rayos de sol nos aportarán la vitamina D necesaria para conciliar y conseguir un sueño reparador.

La mejor postura para dormir bien

Varios estudios llevados a cabo por expertos en medicina del sueño afirman que la mejor postura para conseguir un sueño reparador es dormir boca arriba. Según los expertos, dormir boca arriba hace que la cabeza, el cuello y la columna vertebral se queden con una posición neutral, sin que lleguen a sufrir por estar en posturas retorcidas. Desgraciadamente, sólo un 8% de personas dormimos boca arriba.

Pero ojo, no pienses que todo es tan sencillo como adoptar esa postura en nuestra cama y tendremos el sueño mínimamente asegurado, sino que necesitaremos otros factores para garantizar el descanso. La almohada es vital, ya que deberá ser lo suficientemente gruesa como para quitar presión a los hombros.

Si crees que no podrás dormir boca arriba, algunos especialistas recomiendan un truco infalible, consistente en introducir una pelota de tenis en la funda de la almohada y, así, cuando te des la vuelta para dormir de lado, tu cuerpo notará la incomodidad y, de forma inconsciente, volverá a la posición correcta de espaldas.

Como nos recuerdan en este artículo de mevoyadormir.com, lo que está claro es que la peor postura para dormir es justo la contraria, esto es, dormir boca abajo. Durmiendo de cara lo único que conseguimos es ejercer una presión enorme sobre el cuello y la espalda que hará que nos despertemos con un horrible entumecimiento en esas zonas e incluso con tortícolis si no tenemos cuidado. Además, en esta postura se dificulta la respiración, por lo que el sueño es mucho menos profundo.

Consecuencias de no dormir bien

En etapas de privación del sueño o de sueño insuficiente, esta condición nos hará sentirnos más cansados y, por tanto, tendrá una repercusión negativa en nuestro rendimiento diario, dificultando la claridad para pensar y disminuyendo nuestra capacidad de reacción y de toma de decisiones.

La falta de sueño produce una mayor irritabilidad, lo que causa que las relaciones interpersonales se vean dificultadas, aparición de ansiedad, estrés y depresión, aumento del riesgo a padecer futuras enfermedades del corazón y del riñón, así como obesidad y diabetes de tipo II.